miércoles, 9 de junio de 2010

La Casa

Más de Marito...

Todo el tiempo Marito cambiaba de concubinos o concubinas, una vez al mes aparecía un nuevo veinteañero en el edificio con acceso directo a su morada.


A medida que pasaban los meses estaba más ruidoso, escandaloso, gritón... a esto le sumaba un rictus que reflejaba enojo.


Creo que ya rondaba por los 45 kilos y sucio a más no poder, cuando comenzó a escupir en las escaleras. Sí, un asco de vecino estaba haciendo su aparición. Ojalá se hubiera quedado la anéctoda en unos escupitajos con sangre!!!!


Antes de que el final de Marito como vecino aconteciera, sucedió este hecho que me hizo quedar como la persona más hospitalaria del condado.

Era invierno, un frío que sólo con tres litros de Tir de Bardhal se podía evitar el congelamiento en la calle*.


Con el volumen bien alto escuchaba desde la cocina el programa que estaba comenzando, Padre Coraje, mientras terminaba de cocinar unas milanesas de soja con papas al horno.


En eso, golpean a mi puerta al sonido de "veciiiiiiina, veciiiiinaaaaa". Obvio, Marito.


Marito: Ay, hola vecina. Me quedé afuera, Fernando se fue a Quilmes y yo quedé afuera de mi casa... Paso un rato con vos.
(Por qué??? Por qué a mí????!!)
Aaaaay, mirás Padre Coraje!!! Yo también!! Qué suerte!!!! Lo podemos mirar juntos ahora!!!!
(Noooooo, si yo soy una buena chica... de colegio católico, jardín de monjas, siempre recé... por qué?!?!!?)


Por supuesto que se tiró en la cama que en el living hacía las veces de sillón con unos almohadones. Parecía que no lo iba a levantar ni con espátula... ni con la fuerza pública...
Caro con la cena suspendida: pero Marito, por qué no lo llamás a Fernando para ver a qué hora viene? yo te presto el teléfono si querés.


Marito: Ay, bueno, gracias vecina.

Blablabla, piripipí...

El hijo de puta en mi sillón: Uy, no vuelve hasta mañana.

Caro, la buena: ehhh?? Y... y... por qué no te manda las llaves en remisse?? Yo te presto la plata.

Marito: nooooo, ni te preocupes, yo me quedo a ver Padre Coraje y me voy. Y ahora que sé que mirás la novela puedo venir a verla con vos todos los días!!!! No tengo televisor yo... Si escucho que estás acá te golpeo la puerta y miramos los dos!!!!
(para la agenda: no ver más Padre Coraje o verlo en mudo)

Con Facundo Arana todavía en pantalla, Marito ya estaba dormido.
Intenté despertarlo pero nada. Se ve que ya había decido quedarse a dormir.


Sin cenar, mi comida estaba guardada en el horno, me fui a la habitación. Por suerte estaba tranquila que no me iba a insinuar nada ya que mi vecino era gay y además creo que hubiera bastado un soplido para derribarlo.

Amanecí a eso de las siete de la mañana con los gritos de Marito. Si al que madruga dios lo ayuda era mi pedido ese día.


Marito: Fernando no viene ahora, no tenés para prestarme $20 así llamo a un cerrajero???

Le hubiese entregado el televisor con tal de que se fuera, bastante barato me estaba saliendo toda la jodita. Con la noticia de su partida ya estaba de tan buen humor que le ofrecí preparar el desayuno. Mate con tostadas y mermelada.


Marito: veciiiiiina!!! Para mí bien blanquitas, muy tostadas no me gustan.
(te las voy a meter en el or**, caradura!)
Y traeme aceite y sal.
(Ehhhh?!?!?!? Aceite y sal?!?!)

Sí, además de hippie, mugroso, desubicado y cochino, comía las tostadas con aceite y sal.

De más está decir que no le cebé ni un solo mate.
Le presté mi llave de abajo para que le hiciera una copia, sólo la de abajo.

Marito: ahora te la traigo, vecina!!!

Después de tres horas más o menos de Marito ni noticias, como tenía que irme el pedí a la de planta baja que me abriera y me dijo, "ahh, Mario debe estar en el ciber de acá a media cuadra".

Y, sí, efectivamente, el hippie estaba chateando.


Yo: Marito... mi llave, me tenía que ir! Hace tres horas que tendrías que habérmela devuelto...


Marito: ay, perdón, vecina!!! Pero hubieses venido acá, yo estoy siempre acá en el ciber...


Caro: pero sin la llave no puedo salir del edificio...



Ahí se ve que hizo sinapsis.





Y entramos en los momentos culminantes de Marito como vecino y, principalmente, como ser vivo...





*Bueno, tal vez no tanto, pero hay que meterle contexto terrible.






No hay comentarios: