lunes, 4 de agosto de 2014

Fiesta de la Pachamama, la previa


Hace un año y pocos días estaba festejando con un almuerzo en la feria de los artesanos en San Antonio de los Cobres el inicio de la fiesta de la Pachamama. Para ser más exactos estábamos con mis dos amigas en nuestro segundo almuerzo del día.
Me acuerdo de cada ritual y me salta una sonrisa. Fue una experiencia hermosa, y muy emotiva, en un momento nos encontramos las tres llorando. Compartir ese momento, en ese lugar, con esas personas fue increíble.

Durante mucho tiempo quise participar de este festejo, siempre llamó mi atención. El año pasado, finalmente, se dio.

Salimos el 27 de julio con destino Salta. Amo Salta. Nos quedamos dos días en un hostel cerca del centro, fuimos a las dos peñas recomendadas: la de turistas, La panadería del Chuña, un personaje el Chuña, muy buena comida y buenos shows. Y también fuimos a la recomendada como peña posta, La Casona del Molino, muy relajado el ambiente y con más guitarreada espontánea. Nadie podía creer que fuéramos a quedarnos en San Antonio de los Cobres cinco días, "NO HAY NADAAAAA!", nos alertaban. Por suerte nunca pensamos en cambiar de itinerario.



El 29 a la mañana partimos tempranito en un colectivo que parecía de línea, viajaba un montón de gente porque al ser lunes muchos iban a trabajar a San Antonio o algún lugar en el medio. Viaje largo. Lo bueno es que de a poco, entre mate y mate, nos íbamos adaptando a la altura. 


Estación de tren

Qué difícil la llegada... Bah, la llegada no, la bajada y caminata. No hay forma de dar tres pasos y no agitarse. Para colmo no teníamos la dirección exacta del Hostel donde íbamos a parar. La explicación era clara, donde las deja el colectivo caminan para la izquierda dos cuadras, doblan una cuadra a la izquierda y en la esquina esa van a ver a media cuadra a la derecha una casa naranja, ahí es. La explicación es clara ahora que recuerdo dónde quedaba el hostel... en el momento que llegamos no entendíamos nada, entre las mochilas y el apunamiento estábamos superadas.



Acá nos dejó el colectivo


Ese primer día nos quedamos descansando, "coman algo y duerman siesta" fue la recomendación, mandarineamos al sol y a dormir un rato. Cuando el sol baja no se puede creer cómo baja la temperatura, noche fría. Afirmo una vez más: me encanta dormir aplastada de frazadas.

Tuve que hacer a un lado mi costumbre de bañarme a la noche y a la mañana. A la mañana no daban ganas ni de entrar al baño, era como meterse en una cámara frigorífica. Mamita querida, mucho frío. Desayunamos, caminamos un rato como para conocer el pueblo y después hicimos lo que haríamos el resto de los días en cada momento libre, matear al sol en la vereda, mate y mandarinas, fieles compañías. Algo que disfruto mucho de los viajes es la rutina, es el hacer lo mismo que hago acá, no tanta excursión, no 
tanto movimiento, yo quiero tomar mates, leer y salir a caminar, con eso soy feliz.

Lugares

Mirando por la ventana de una casa abandonada en la estación



Caminata después de la siesta

A la tarde fuimos a conocer el famoso Viaducto de la Polvorilla por donde pasa el Tren de las nubes. Difícil la subida, es increíble el fenómeno que sucede, se siente una enorme cantidad de aire puro en el mundo allá arriba, pero no hay manera de que sea suficiente cuando uno inhala. 

Ohhh, vuelooo!!!

Viaducto de la Polvorilla

El 31 sabíamos que arrancaríamos tempranito. Abrigadas a más no poder salimos con mate, sanguchitos y mandarinas con José y su camioneta a pasear. Los destinos obligados: Tolar grande donde conocimos los Ojos del Mar, y el Cono de Arita. No vale la pena contratar antes de ir, a nosotras nos llevaron contratando ahí mismo por un tercio del dinero que pedían de las agencias.


El camino a Tolar desde San Antonio de los Cobres es hermoso! Tanto de ida con el amanecer como al regreso con las diferentes imágenes que da el sol jugando con las montañas. Llegando a Tolar están los Ojos de Mar, increíble.



Camino a Tolar
Camino a Tolar, desperfectos
Camino a Tolar

Ojos de Cielo

Ojos de Cielo de cerca

El Pueblo de Tolar es chiquito, anduvimos cerca del mediodía y parece fantasma, no anda nadie. Almorzamos en una placita de juegos, después de muuuuuchos años me tiré por un tobogán que era altísimo, un poco me asusté... se ve que de chico uno se manda y se tira de todos lados. Es hermoso caminar el lugar, también fuimos a visitar la Cueva del Oso que está ahí, yo no entré, me quedé contemplando el paisaje hermoso.

Ahora lo malo. La idea con la persona que nos llevaba era seguir viaje hasta el Cono de Arita, apareció una señora del lugar (que se ve que siempre lo hace) que pretendía ir con nosotros en el auto, claramente con la única idea de cobrarnos algo, no para oficiar de guía. Nos dijo que desde ahora para seguir viaje la Dirección de Turismo "exigía" que se hiciera con un guía local abonando una suma menor (en nuestro caso nos quería cobrar $50). Una locura. Una mentira. Un robo.

Seguimos viaje sin subirla y sin pagarle nada. A la vuelta finalmente le pagamos los $50 (no la subimos porque no había lugar, además no voy a subir a una desconocida que sale de su casa en medio del almuerzo a patotearnos) porque el hombre que nos llevaba se lamentó todo el viaje diciendo todas las cosas malas que podían hacerle después... 

En fin. El lugar hermoso. La coima, no.


Cono de Arita
Volvimos a San Antonio entre mates, más mandarinas y chistes.

A descansar que se venía la fiesta!!!!!!!!!!!!!!




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