jueves, 24 de febrero de 2011

Vacaciones. Día 2

Abro paréntesis.

Tengo un cúmulo de papelitos con los escritos de cada día. Qué fiaca da pasar cada uno de ellos de su versión papel y lápiz (yo escribo siempre con lápiz, siempre) a su versión tipeada...
Además no todas las veces logro descifrar las abreviaturas.

Cierro paréntesis.


Mientras escribo esto me tomo unos mates en la entrada de la casa del lugar que conseguimos para vivir por tres días. Hay una mesita con sillas debajo de una linda sombra lograda a pura planta. Y pienso en los "no sé por qué" que suceden en las vacaciones.
Todo es lindo cuando uno está de vacaciones. No hay tele y es fantástico, jugamos mucho a las cartas y con los dados, charlamos de pavadas, escuchamos música y disfrutamos al máximo de nuestro patiecito. Miro mi desayuno y no sé por qué es tan distinto al que tengo habitualmente en los días comunes; normalmente arranco el día con mates y tostadas untadas con cualquier cosa -si por mí fuera ese cualquier cosa sería siempre manteca, pero no se puede-, en vacaciones agrego fruta. No sé por qué.

El pueblo es muy lindo, se llama Punta del Diablo, no hay demasiado para hacer más que descansar y leer (es en verano cuando me idiotizo con cuanto libro pase entre mis manos, lo máximo fue una vez en San Bernardo que me leí dos libros en tres días, no cortaba ni para almorzar), caminar un poco por la playa y pensar en comer todo el tiempo. El mar tiene ese no sé qué que podrías estar todo el día degustando algo... salado, dulce, dulce, salado... No sé por qué podría uno comer como sin final.

Aprendés a confiar en la gente. El tipo de cambio te obliga o a creerle a la señora del supermercado cuando te da el vuelto o a estar haciendo cuentas a cada rato; peso argentino-dolar, dolar-peso uruguayo, peso argentino-peso uruguayo... Si te pasa acá te ponés a sacar cuentas con el celular esperando descubrir la estafa, cuando estás de vacaciones no sé por qué te guardás el vuelto casi sin mirar, uno confía. Tal vez esto sea así porque el que te está atendiendo es uruguayo, y los uruguayos son los buenos de latinoamérica, con como todos Facundos Aranas, no?

Los voy dejando. Ya terminé la primer tanda de mates y calenté más agua para seguir tomando en la playa, estoy lista para emprender junto a Rober la caminata rumbo al mar; no sé por qué uno cuando está de vacaciones se maneja todo el día en malla, que es casi igual que andar en bombacha y corpiño... no me imagino acá ir al Coto en pelotas...




4 comentarios:

Manzana dijo...

Muy bueno!! me gusto mucho eso de "te está atendiendo es uruguayo, y los uruguayos son los buenos de latinoamérica", jajaj muy real...
Es todo cierto, todas esas diferencias entre las vacaciones y la vida real... ojala pudieramos relajarnos asi alguna ves... y andar un poco en bolas, leyendo descontroladamente, y comiendo hasta el infinito... jajja. Pero no, no va a pasar nunca eso, si no estas de vacaciones... y casi me atreveria a decir, que ademas tenes que estar en el mar para que se conjugue todo..
becho grandee

Anónimo dijo...

Que lindo lugar punta del diablo, la hna de una amiga mia tiene una tienda de ropa mini ahi...
Bueno te deje un premio en mi blog..
besote

Sole P dijo...

Yopes: la próxima juntada la hacemos en bolas, jajaja!!!

Nos volvemos algo locos: un premio para mí?!?!?!!?
Gracias!!

Manzana dijo...

re daria...
te digo que esto me hizo pensar... ahora que me voy de vacas... me voy a buscar una playa nudista y me voy a relajar como nunca en mi vida...
Lo firmo... solo tengo que convencer a mi soñador... y si no, me voy sola, total, el se la pierde.