miércoles, 8 de septiembre de 2010

Amaicha del Valle (agregado) de Catamarca


Me contaste que vestía jeans, remerita blanca, campera de hilo celeste y botas negras. Caminaba envuelta en un estilo naïf que poco me representa, y más aún en esa época.
No sé qué lucías vos ese día que nos conocimos en los pasillos de la facultad... la observadora, claramente, no soy yo. Puedo ir a un casamiento y sólo recordar cómo máximo detalle que el vestido de la novia era blanco.

Dos personitas con pasados a veces no tan felices, de futuro un tanto incierto y presente entre fotocopias y guías T. Dos almas que se eligieron a primera vista y nunca más pudieron, ni quisieron, separarse.


Cuando uno se pone a pensar qué hubiera pasado si no hubiésemos asistido a determinados lugares, surge la pregunta de si hubiésemos conocido a las personas que hoy tenemos a nuestro lado en alguna otra circunstacia. Yo creo qué sí. El destino, Dios, Ala, quién sea, logra o facilita que las cosas sucedan de forma tal que las fichas que tienen que cruzarse lo hagan.
Así fue en este caso. Crecimos en diferentes ciudades, incluso en provincias ni siquiera limítrofes. Pero la facultad nos encontró y supimos escuchar que no nos íbamos a soltar.

Esto que parece la historia de amor de una pareja, es la historia del amor de dos amigas. Porque la amistad es amor, y un amor mucho más puro, podrán haber celos pero no la posesividad y exlusividad de dos amantes. Si no hablás con un amigo por una semana está todo bien, si tu novio no te llama dos días creés que ya no te ama como antes o que algo le pasa.

Ella fue y es mi sostén, yo soy su sostén; fue y es mi faro, yo para ella también.
Es una de las personas que me conoce tal como soy, con todas mis mierdas, los malos recuerdos, mis anhelos, mis sueños. Conoce mis miradas, mis silencios, mis sonrisas.
Me acompaña en cada paso que doy desde allá lejos, es siempre la primera en la fila en cada función aunque esté a más de 1000 kilómetros de distancia, es en quien pienso cuando me pasa algo hermoso o cuando estoy triste, y a quien extraño en lo cotidiano.

Es inevitable que me caigan las lágrimas cuando pienso que tal vez nunca más vivamos en la misma ciudad y no podamos compartir cuantas veces quisiera de una caminata agarradas del brazo como las viejas.

Y aunque a veces sienta que es como vivir con un pedazo de mí en la lejanía, es lo más lindo del mundo tener una persona así en algún lugar.
Ya hace más de dos años que vivís en Neuquén, y no, nada cambió, nunca dejo de extrañarte.

Yo más. Yo más!

martes, 7 de septiembre de 2010

Perdón por la descarga... pero bue...


Estoy hasta acá, hasta acá (señalándome con la mano derecha la frente de forma firme y cargada de nervios) que por mis horarios de trabajo distintos, por llamarlos de alguna manera, se crea que tengo un montón de tiempo libre.

Mi trabajo de oficina, el que se ve que es el único que vale porque si hacés tres mil cosas más pero no te pagan parece ser que no es trabajo, se extiende de 9 a 16 hs. Una vez que salgo de ahí comienza mi trabajo invisible, invisible de dinero, los ensayos. Estos pueden ser en día de semana, los sábados o incluso los domingos en un horario que te corta bien la tarde.

Entonces la próxima vez que alguien me diga, "aaaay, vos que tenés más tiempo* por qué no...?" ya tengo lista mi respuesta:
Y vos por qué no te vas a hacer una video colonoscopía si no podés cerrar un poco el or**???




*Como si mi día tuviera 32 horas y no 24...