martes, 31 de marzo de 2009

Guionista divina

Mis palabras tienen fuerza sobrenatural.
Dios o quien fuera espera que yo diga algo para ponerse manos a la obra. Que tengo poderes adivinatorios es ya sabido... a una amiga le vengo diciendo desde octubre que en febrero iba a quedar embarazada, ayer hablo por tel con ella y me cuenta que está esperando un bebé (ojalá se siente, nueve meses es mucho tiempo...) y la doctora le informó que estaría de cinco semanas aproximadamente. Esto significa que cuándo quedó embarazada??? Ehhh??? En febrero, por supuesto.
Pero a veces mis poderes me juegan una mala pasada y termino dando al destino ideas pésimas.
Las dos veces que en mi vida me robaron había estado hablando (y con la misma amiga) sobre cuán afortunadas éramos al no haber sido nunca encontradas por los amigos de lo ajeno. Ahí nomás, tácate, me robaron.
Ayer hablaba con una compañera de teatro acerca de los orzuelos, según me contó estaba haciendo un tratamiento para evitar que le siguieran saliengo. Por mi parte le dije que cuando niña tenía orzuelos muy seguido, pero que por suerte de grande no sufrí más.
Qué pasó hace minutos??? Sí, señores, me doy cuenta de algo... De qué??? Me salió un orzuelo.
Lo que estoy pensando ahora es que nunca me gané el Loto, Quini, o algo que me de dinero rápido y fácil...
Capaz que...
Tampoco me llamaron de X lugar para pedirme trabajar con ellos...
PD: me rompe soberanamente la paciencia, por no decir las pelotas, que mis jefes no entiendan que el aire acondicionado no me da frío sino que me hace mal a la garganta.
Jefe: tenés frío??? Mirá que está en 26º...
Caro: no siento frío... (a ver, jesús dame serenidad) Puede estar a 34º que es lo mismo, lo que me hace mal es que me seca la garganta.
Y espero que sean lo suficientemente adultos como para no completar la frase con técnicas para humedecer mi garganta...
PD2: más me rompe soberanamente que no pueda poner enter entre las oraciones o frases... me saca.

viernes, 13 de marzo de 2009

Suspenso...


Tarde pero seguro, podría ser mi lema.

Sé que dentro de todos mis defectos -que deben ser uno, uno y medio, no más-, uno que resalta mucho es el decir "después sigo", "continuará...", y qué pasa? Nada, justamente. Nada, no sigue nada.

Incluso cuando hablo suele pasarme lo mismo, yo por supuesto no me doy cuenta, vendría a ser como mi muletilla. Paradójicamente, un silencio, una oración incompleta, una no palabra, la no muletilla.

Carolina al borde de la revelación: en estos casos es así, es común que te pase eso y...
Sujeto a revelársele la verdad: ...

Carolina: che, y tus viejos cómo andan?

Le pongo un suspenso inútil a algo que no lo amerita. Sin ir más lejos, incluso al escribir utilizo excesivamente los puntos suspensivos...

... ven??

Es como que salga una película llamada "El día que dejaron de hacer Buenos Aires I", la ves y estás esperando la II, porque si le ponés I se supone que no es un número caprichoso, debe continuar esa historia.
Yo no lo hago. Yo estreno la película I y nada más.

Acá me ha pasado al contar viajes, termino el post prometiendo "después cuento la vuelta", "eso es para otro post", "después cuento sobre el día que casi nos morimos". Por ejemplo, en la historia de extras había muchos personajes a describir, yo hablé de la divorciada como una introducción a muchos más.

Pero me olvido.

De hecho en este post iba a hablar acerca de "El facha", muchacho divertido si los hay dentro del rubro extra de publicidad. Pero ahora me acordé que un día le dije a Natys que un escrito suyo me había inspirado para escribir algo que mucho tiene que ver con el tema.
Las cosas sin terminar. Yo lo llevo al extremo de no terminar ni las ideas.
Ver su blog es ver lo que yo no hago. Nunca pude terminar ni una bufanda... Una vez me comencé una y por la mitad, más o menos, le dije a una amiga, "che, me cansé. Me la adelantás? Hasta el final, por favor, cerrando puntos y todo".
Como para sumarle más estupidez y despilfarro, puedo contarles que cada vez que se me ocurre algún emprendimiento me organizo de forma tal de hacer las cosas en serie. Como la vez de los portaretratos hechos en cartapesta...
Quise hacer no uno, sino diez juntos. Marqué y corté todos los cartoncitos, corté papelitos, hice el enchastre de plasticola y harina... Terminé sólo uno, con barniz incluido. El resto habitaron durante tres años en un cajón para luego morir en el tacho de basura.
Aún atesoro cantidad de cintitas, hilos encerados, porotitos, maderitas, cositos de diferentes tamaños y colores para confeccionar collares.
Y así...